Ha comenzado el curso escolar y también la batalla contra los piojos. Alerta: entre septiembre y octubre se acumulan la mitad de los casos. En los siguientes meses puede disminuir, pero de nuevo en febrero y marzo otra vez vuelven a aumentar. Así que… nos guste o no, en esta batalla no debe haber tregua y hay que estar siempre en guardia.
Cuando queremos prevenir, cuando vemos que el niño se rasca la cabeza o si llega una circular del colegio avisando de la presencia en clase de piojos, armaros de paciencia y comenzad lo antes posible la inspección de las cabecitas.
- Revisar detenidamente con luz brillante o luz natural la cabeza del niño (o utilizar una lente de aumento). Incidir en las zonas de infestación más comunes como son las de detrás de las orejas y parte posterior del cuello o nuca.
- Tener una buena liendrera, es la mejor inversión para una prevención y detección eficaz. La liendrera, gracias a la forma de sus púas es capaz de arrastrar y quitar liendres y/o piojos. Sobre todo es muy útil para detectar los que visualmente se nos escapan y de esta forma pondremos remedio antes de que se reproduzcan como locos.
- La liendrera debe lavarse después de cada uso; además, a ser posible, hervirla en agua y examinarla después.
- En los cabellos oscuros, los piojos se visualizan poco, pero las liendres al ser blanquecinas se ven mejor; sucede lo contrario en los cabellos rubios.
- Es importantísimo para una buena prevención, lavar el pelo con frecuencia, limpiar los peines y cepillos y sobre todo revisar a menudo el cabello, sin olvidarnos de pasar, siempre, la liendrera una vez por semana.
- En el momento en que el propio niño o niña sepa pasársela él mismo, es probable que se reduzca mucho este problema. En las épocas escolares de más contagios, en los campamentos o después de de tratamientos, es conveniente pasar la liendrera cada tres días durante tres semanas seguidas y así la eficacia de la prevención es mucho mayor.
- Si un miembro de la familia tiene piojos, deberemos revisar a toda la familia.
- El uso de protectores o repelentes de piojos, es muy recomendable ante situaciones con mayor riesgo de contagio.
- Está muy extendido el uso del aceite de árbol de té como repelente de piojos. Se ha empleado de forma tradicional por sus propiedades antifúngicas y bactericidas, pero realmente no hay evidencia clínica suficiente que demuestre sus efectos preventivos frente al contagio de piojos. Recordad que no debe ser empleado en menores de 3 años.
- Existen otros repelentes que actúan formando una barrera protectora de agradable olor que ahuyenta eficazmente los piojos. Cuando el peligro de contagio es continuo conviene utilizarlo cada 4 días pulverizando sobre el pelo seco y no se debe utilizar secador después de aplicar el producto.
- Es importante para la prevención comunicar al profesor si nuestros hijos han tenido piojos.